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18 oct 2018

El BOC publica hoy la Orden que regula la instalación obligatoria de desfibriladores en determinados espacios públicos y su uso por cualquier persona

Se facilita así una atención precoz, inmediata y segura que puede salvar la vida de personas en situación de parada cardiorrespiratoria sin riesgos añadidos ni para pacientes ni usuarios del desfibrilador

Santander - 11.10.2018

A partir de mañana entra en vigor la Orden elaborada por la Consejería de Sanidad que regula la instalación obligatoria de desfibriladores externos automáticos y semiautomáticos (DEA) en determinados espacios de uso público y por personas ajenas a la profesión sanitaria.

Será obligatorio disponer de un DEA en condiciones aptas de funcionamiento y listo para su uso inmediato en instalaciones de transporte, aeropuerto y puerto comercial y estaciones de autobuses y ferrocarril de poblaciones de más de 20.000 habitantes. También en centros comerciales de más de 500 metros o establecimientos con afluencia media diaria de 500 personas. La norma también incluye a instalaciones deportivas con 350 o más usuarios diarios y centros educativos con aforo mayor de 1.500 personas.

Además, cualquier persona podrá hacer uso del DEA para iniciar las maniobras de reanimación en el lugar del suceso, previa comunicación con el servicio de emergencias sanitarias 061.

La Consejería de Sanidad apuesta así por la ampliación de espacios cardioprotegidos en Cantabria lo que facilita la atención precoz, inmediata y segura que puede salvar la vida de personas en situación de parada cardiorrespiratoria, sin riesgos añadidos ni para los pacientes ni para las personas que usen el desfibrilador.

La norma apuesta también por la formación de mayor número de personas en reanimación cardiorrespiratoria y regula la necesidad de actualización permanente de los conocimientos necesarios para su uso.

Requisitos de los espacios cardioprotegidos

La desfibrilación precoz forma parte de la cadena de supervivencia ante una emergencia por parada cardiorrespiratoria. Por eso, los DEA deberán estar instalados en lugares adecuados, accesibles y señalizados de forma universal con sus normas de utilización e incluyendo el teléfono de emergencias sanitarias 061. Además, deberán identificarse debidamente en los planos o mapas informativos del lugar.

Los DEA son desfibriladores de uso público de fácil manejo, diseñados para su uso por personal que, sin los conocimientos suficientes para ofrecer reanimación cardiorrespiratoria avanzada, puede ser el primero en atender una urgencia cardiaca.

Estos desfibriladores son capaces de analizar el ritmo cardiaco, identificar las arritmias mortales en las que es preciso una desfibrilación y administrar una descarga eléctrica para restablecer el ritmo cardiaco visible, con seguridad y sin necesidad de intervención de un profesional sanitario cualificado.

Para ello, se aplican los electrodos en el tórax del enfermo y se activa el aparato para que analice la actividad eléctrica cardíaca. Una vez realizado el análisis, una alarma sonora y visual advierte de la conveniencia o no de la descarga y de la necesidad o no de pulsar el botón de suministro de la descarga eléctrica, indicándole que hay que separarse del paciente y pulsar el botón que activa la desfibrilación y le muestran los pasos a seguir durante todo el proceso.

Atender con éxito emergencias cardiacas salva vidas

La cardioprotección con desfibriladores ha demostrado ser una de las herramientas más eficaces para poder atender con éxito las emergencias cardiacas y mejorar la tasa de supervivencia de las enfermedades isquémicas del corazón como el infarto y la angina de pecho y las cerebrovasculares, que son hoy en día una de las principales causas de fallecimiento en el mundo.

Se estima que unas 275.000 personas sufren al año un paro cardiaco en Europa y que, en España, se producen cada año aproximadamente 30.000 nuevas muertes por esta patología.

Esta cifra puede reducirse de manera significativa con un uso apropiado de desfibriladores y si se aplica la desfibrilación a la víctima en los cinco primeros minutos.