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06 feb 2012

Valdecilla avanza en el tratamiento de la enfermedad arterial periférica con un tratamiento combinado endovascular y quirúrgico

Anualmente se realizan 880 procedimientos de cirugía vascular periférica, de los que 307 se corresponden con derivaciones o by pass por enfermedad arterial periférica, y 150 procedimientos endovasculares 

De izquierda a derecha, Alejandro Pontón, facultativo del Servicio de Cirugía Cardiovascular; Juan Jordán, facultativo de Radiología Vascular; y Manuel Bustamante, coordinador de la sección de Radiología Vascular

Santander 06.02.2012

El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla está logrando grandes avances en el tratamiento de los pacientes con enfermedad arterial periférica mediante la elaboración de un tratamiento combinado endovascular y quirúrgico.

La estrecha colaboración y coordinación entre el Servicio de Cirugía Cardiovascular y la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista está permitiendo tratar un porcentaje de lesiones cada vez más alto y elaborar estrategias de tratamiento conjunto personalizadas para cada paciente.

Anualmente Valdecilla realiza una media de 880 procedimientos de cirugía vascular periférica, de los que 307 se corresponden con derivaciones o by pass por enfermedad arterial periférica. También se llevan a cabo alrededor de 150 procedimientos endovasculares a través de la Unidad de Radiología Vascular.

Estas importantes cifras asistenciales son posibles gracias a que el hospital cuenta con todas las técnicas disponibles, tanto en cirugía arterial como en procedimientos endovasculares.

La enfermedad arterial periférica se define como la afectación por la arteriosclerosis de las arterias de las extremidades inferiores. Las manifestaciones más conocidas de esta enfermedad son la afectación coronaria, que produce angina de pecho o infarto de miocardio, o la enfermedad cerebro-vascular que causa un porcentaje importante de las trombosis cerebrales.

Síntomas

Esta patología puede detectarse por la ausencia de pulsos en las piernas, por la anomalía de presión arterial en las mismas, o mediante alguna prueba de imagen radiológica.

El síntoma típico consiste en dolor en las piernas al caminar, generalmente en las pantorrillas, que obliga al paciente a detenerse, y que cede con el reposo. En los casos más avanzados puede aparecer dolor en el pie en reposo o úlceras que no cicatrizan. En este caso se habla de isquemia crítica de la extremidad, que representa un riesgo alto de amputación y una disminución importante de la expectativa de vida de quien la padece.

La prevalencia de la enfermedad arterial periférica se incrementa con la edad y representa un problema sanitario de gran envergadura. Porcentualmente, el 12% de las personas mayores de 70 años presenta síntomas relacionados con esta patología. Sin embargo, por cada paciente que presenta síntomas hay 3 o 4 sin diagnosticar y a los que habría que aplicar medidas preventivas y un tratamiento adecuado para evitar el riesgo cardiovascular que conlleva esta enfermedad.

La supervivencia de los pacientes sintomáticos a 10 años es del 50% en el caso de dolores en las piernas y del 10% si padecen isquemia crítica de la enfermedad.

El incremento de la mortalidad de estos pacientes viene condicionada por los eventos cardiovasculares. Entre un 5 y un 7% de los pacientes con enfermedad arterial periférica va a presentar al año un problema cardiovascular mayor (infarto de miocardio, ictus o muerte). Examinando las causas de muerte de estos enfermos, el 40-60% fallecerán de un infarto, el 10-20% de un problema vascular cerebral, el 10% de otras causas vasculares y solamente un 20-30% fallecerá de una causa no cardiovascular.

Factores de riesgo

Los principales factores que influyen en el desarrollo de la enfermedad son el tabaquismo y la diabetes.

Fumar aumenta 4 veces el riesgo de presentar la enfermedad arterial periférica y, una vez que se desarrolla, acelera en 10 años la aparición de la claudicación intermitente y favorece su progresión hacia isquemia crítica, doblando el riesgo de tener que llegar a la amputación de la extremidad.

Por su parte, el 20% de los pacientes diabéticos presentan esta patología. Además, la diabetes aumenta en 10 veces la probabilidad de amputación de la extremidad.

Además del tabaquismo y la diabetes también influyen de forma significativa los niveles altos de colesterol, la hipertensión arterial y la obesidad entre otros.

Diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad es sencillo y se realiza mediante una exploración física en la que se debe valorar la presencia o no de los pulsos arteriales a lo largo de la extremidad.

Diagnosticada la enfermedad, los objetivos del tratamiento se centran en:

1.- Aumentar la supervivencia disminuyendo los eventos cardiovasculares

2.- -Disminuir la disfunción que en el paciente causa la enfermedad y mejorar su calidad de vida.

3.- Salvar las extremidades en riesgo en los casos de isquemia crítica de la extremidad

Tratamiento

Además de eliminar los factores de riesgo, la atención de la enfermedad arterial periférica incluye la aplicación de un tratamiento farmacológico para evitar las trombosis arteriales que se puedan producir. También es necesario un programa de ejercicio físico.

En los casos más avanzados, que requieren una intervención para devolver un flujo normal de sangre a la extremidad, la Unidad de Radiología Intervensionista aplica técnicas mínimamente invasivas que consisten en la dilatación de la zona estrecha y obstruida de la arteria. La Cirugía Vascular consigue el objetivo sustituyendo la zona obstruida por un conducto alternativo denominado derivación o bypass.

Estas técnicas mínimamente invasivas se realizan desde dentro de las arterias enfermas a través de una pequeña punción de menos de 1,5 milímetros que se hace generalmente en la arteria femoral a nivel de la ingle, A veces se puede hacer también a través de una punción en el brazo.

Una vez en la zona estrechada se pueden inflar unos pequeños globos que ensanchan las arterias y permiten que la sangre vuelva a pasar. Cuando con esto no es suficiente se pueden aplicar "stents", que son una especie de muelles que quedan implantados dentro de la arteria ejerciendo una fuerza sobre las paredes de tal manera que ayudan a mantenerlas permeables.

Sistemas con pequeñas cuchillas que son capaces de limpiar los depósitos de colesterol y calcio depositado, catéteres que succionan los coágulos recientes o fármacos que los disuelven son otros de los sofisticados sistemas que se emplean en la actualidad en las salas de intervencionismo endovascular.

Los pacientes con enfermedad arterial periférica en estadios más graves, debido a lesiones en las arterias más finas de la pierna y del pie y que suelen ser diabéticos, se han beneficiado de los últimos avances. Actualmente están disponibles catéteres y balones sumamente finos que permiten reducir drásticamente la tasa de amputaciones mayores y mejorar su sobrevida.

Actualmente, Valdecilla cuenta con todas las técnicas disponibles, tanto en cirugía arterial como en procedimientos endovasculares.