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07 dic 2018

Sanidad recuerda la importancia de la vacunación como única medida preventiva efectiva contra la gripe

Imagen de la campaña de vacunación contra la gripe de este año. (Foto: Raul Lucio)

Hasta el momento se han vacunado 87.356 personas durante la campaña que se prolongará hasta el 29 de diciembre

Santander - 03.12.2018

La Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública, ha recordado la importancia de la vacunación como única medida preventiva de eficacia científicamente contrastada para hacer frente a la gripe.

Durante la campaña antigripal, que se prolongará hasta el 29 de diciembre, se han vacunado 87.356 personas (a fecha del 30 de noviembre). El mayor número de dosis, un total de 69.209 (el 79,2%), se ha administrado entre las personas mayores de 60 años.

Hasta el momento, los datos registrados en Cantabria indican una situación de actividad gripal basal en Cantabria, con una incidencia muy por debajo del umbral epidémico, ausencia de circulación viral o brotes.

Por este motivo, desde la Dirección General de Salud Pública se anima a todos los ciudadanos incluidos entre los grupos de riesgo a vacunarse contra la gripe por ser el método preventivo más eficaz.

Además, un reciente estudio del Grupo de Investigación en Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), del Instituto de Salud Carlos III ha destacado la importancia de la vacunación contra la gripe como medio para disminuir la severidad de la enfermedad.

Desde la Dirección de Salud Pública también se ha recordado que la administración de las vacunas contra la gripe se realiza mediante cita previa en los centros de salud de Atención Primaria.

Para la campaña antigripal de este año se han adquirido 119.200 dosis para vacunar contra la gripe A (H1N1 y H3N2) y la gripe B (linaje Victoria).

El objetivo de esta campaña de vacunación es reducir la morbilidad y mortalidad asociadas al virus de la gripe y prevenir sus consecuencias adversas entre la población que por edad o estado de salud tiene más riesgo de complicaciones.

Por este motivo, al igual que en años anteriores la vacuna antigripal está recomendada a partir de los 60 años y para quienes tengan entre 6 meses y 59 años y pertenezcan a alguno de los grupos con riesgo de graves complicaciones por la gripe, como personas con enfermedades crónicas cardiovasculares (excluida la hipertensión arterial aislada) o respiratorias, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística o asma.

También se aconseja la vacunación a niños mayores de 6 meses y adultos con enfermedades metabólicas (incluida diabetes mellitus), obesidad mórbida, insuficiencia renal, hemoglobinopatías y anemias, asplenia, enfermedad hepática crónica, enfermedades neurológicas y neuromusculares graves, inmunosupresión  por fármacos, trasplantes o personas VIH positivo, cáncer, fístula de líquido cefalorraquídeo, enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria intestinal crónica, implante coclear o en espera del mismo, o trastornos y enfermedades que conlleven disfunción cognitiva como el síndrome de Down o las demencias.

La vacunación está también indicada en mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación,así como en niños y adolescentes que reciban tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar síndrome de Reye tras la gripe.

Se insiste también en aconsejar la vacuna en personas que por su actividad puedan transmitir la gripe a quienes tienen un alto riesgo de presentar complicaciones como trabajadores y estudiantes en prácticas en los centros sanitarios; personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos; personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores; y personas que conviven en el hogar, incluidos niños mayores de seis meses, con otras que pertenecen a alguno de los grupos de riesgo.

Otros grupos a los que se recomienda la vacunación son las personas que trabajan en servicios públicos esenciales para la comunidad, entre los que incluye a las fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, servicios de protección civil y de emergencias sanitarias, así como trabajadores de instituciones penitenciarias, de otros centros de internamiento por resolución judicial y centros de acogida de inmigrantes.

También a los trabajadores expuestos directamente a aves o cerdos en granjas o explotaciones y a aves silvestres por la posibilidad de infección conjunta de virus humano y aviar o porcino.