06 abr 2020

La pandemia del Covid-19 supone un aumento elevado de ingresos hospitalarios por neumonía, por lo que es importante que continúe ejecutándose el mantenimiento preventivo frente a la proliferación y dispersión de legionella spp. 

Hay que recordar que todas estas tareas deben realizarse siguiendo todas las medidas preventivas establecidas para evitar la propagación del SARS-CoV-2.

En los hospitales y residencias, si por la situación de emergencia sanitaria actual, se ven obligadas a retrasar la limpieza y desinfección (L+D) programadas, deben mantener el resto de operaciones de acuerdo a lo establecido en sus programas de mantenimiento higiénico-sanitario, en concreto:

• El mantenimiento en todo momento de las temperaturas establecidas por la legislación vigente, 60 ºC en acumulador, 50 ºC en retorno y puntos terminales (grifos y duchas),
• La revisión de los equipos e infraestructuras,
• La realización de las purgas semanales en los acumuladores y en tuberías de retorno y purga de los puntos terminales: se recomienda purgar la ducha del paciente o residente antes de que la utilice y sin su presencia. Todas estas acciones se realizarán siguiendo los protocolos de aislamiento establecidos.
• Control analítico hasta poder llevarse a cabo la limpieza y desinfección.
• Se recomienda mantener el cloro libre residual entre 0,6- 1 ppm en el depósito de agua sanitaria, si se realiza cloración.

Si los establecimientos esenciales necesitan usar torres de refrigeración y condensadores evaporativos, estos aparatos deben mantener los programas de mantenimiento tal y como establece el RD 865/2003, de 4 de julio.
En las instalaciones que no ofrecen un servicio esencial y que durante el estado de alarma están fuera de uso, el titular debe planificar:

• Antes de la apertura se debe realizar una limpieza y desinfección de las instalaciones de acuerdo con el RD 865/2003, de 4 de julio.
• Recogida de muestras pasados 15-30 días para la determinación de la Legionella spp.

Es importante que bajo ningún concepto se mantengan los circuitos en funcionamiento a temperaturas de riesgo, es decir, por debajo de los límites que establece la legislación vigente.