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Existe una elevada percepción de riesgo hacia el consumo de tabaco; la mayor parte de la población conoce los problemas asociados a fumar y las consecuencias de la exposición al humo ambiental. Sin embargo, el marketing que rodea los nuevos productos de consumo de tabaco y nicotina ha hecho que aumente la experimentación y que se banalice el consumorebajando la edad a la que se usa por primera vez. Estos nuevos productos electrónicos están muy relacionados con el hecho de fumar y suponen una amenaza grave para la salud de la población. 

Los vaper, vapeadores o cigarrillos electrónicos son dispositivos que calientan un líquido para suministrar, en forma de aerosol, nicotina y saborizantes. Aunque este aerosol puede parecer vapor de agua en realidad se trata de un líquido preparado a base de sustancias químicas, como el propilenglicol y la glicerina. Tienen muchas formas que pueden ser similares a objetos de uso común, por lo que pasan desapercibidos (pen drive, rotuladores, ...) y actualmente hay disponibles cientos de marcas y miles de sabores, esta variabilidad de dispositivos y líquidos hace muy complicada su clasificación y regulación. Su uso está muy extendido en la población menor de 18 años, gracias a campañas de difusión y marketing realizadas por una industria que quiere captar a la juventud a cualquier precio, banalizando los riesgos de su uso.

 

Con la campaña "Vapear no es la solución, es parte del problema" se pretende captar la atención de la ciudadanía incluyendo mensajes concisos y claros sobre algunos de los mitos más extendidos.

   

Beber agua e inhalar agua son dos cosas completamente diferentes, y la inhalación de agua puede ser peligrosa para la salud.

Es importante recordar que los vapeadores o cigarrillos electrónicos, aunque los publiciten como vapor de agua, no contienen agua para inhalar, sino que utilizan líquidos que generalmente contienen propilenglicol, glicerina vegetal, nicotina (en algunos casos) y saborizantes.

Los estudios experimentales revelan que estas partículas se distribuyen por el árbol respiratorio de forma similar a las de los cigarrillos.

 

A pesar de su aspecto, de sus formas y su colorido, los cigarrillos electrónicos no son juguetes ni golosinas y está prohibida su venta o suministro a menores de edad.

La industria utiliza diseños atractivos, incluso infantiles, y añade saborizantes alimenticios para captar la atención del público infantil y adolescente, como regaliz, algodón de azúcar o frutas tropicales.

Diferentes investigaciones han mostrado que quienes vapean tienen más posibilidades de fumar en el futuro, se normaliza el hecho de inhalar sustancias y se consolida la conducta de llevar algo a la boca para dar caladas. Además, la mayor parte de las personas vapean líquidos con nicotina, con el consiguiente riesgo de desarrollar una adicción.

Los líquidos sin nicotina tampoco son seguros, los pulmones están diseñados para inhalar aire, no para introducir otras sustancias.



Algunos de los componentes que se encuentran en los líquidos y que pueden plantear riesgos para la salud incluyen:

  • Nicotina: sustancia altamente adictiva que tiene efectos negativos para la salud, incluyendo problemas cardiovasculares y riesgos para el desarrollo del cerebro en adolescentes.
  • Propilenglicol y glicerina vegetal: principales ingredientes utilizados para crear el vapor en los cigarrillos electrónicos. Ingredientes seguros, cuando se utilizan en alimentos y productos farmacéuticos, la inhalación de estos compuestos puede causar irritación en los pulmones y otros efectos respiratorios.
  • Saborizantes: aprobados para su uso alimenticio contienen sustancias químicas que, cuando se inhalan, son perjudiciales para la salud pulmonar. Por ejemplo el diacetilo se ha asociado con enfermedades pulmonares.
  • Metales: como plomo, cadmio y níquel, que pueden provenir de las bobinas de calentamiento utilizadas en los dispositivos, son carcinógenos.
  • Productos de descomposición: productos químicos formados al calentarse los líquidos que pueden ser tóxicos.

Asimismo, los cigarrillos electrónicos, al igual que muchos otros dispositivos electrónicos, tienen un impacto negativo en el medio ambiente por los siguientes motivos:

  • Baterías: funcionan con baterías recargables de litio. La producción y eliminación inadecuada de estas baterías pueden tener un impacto ambiental significativo. Las baterías de litio pueden contener sustancias químicas tóxicas y metales pesados que pueden filtrarse en el suelo y el agua si no se gestionan adecuadamente.
  • Desperdicio de productos electrónicos: los cigarrillos electrónicos tienen una vida útil limitada, en particular los desechables, convirtiendose a menudo en desechos electrónicos. 
  • Residuos de plástico: los cartuchos y otros componentes de los cigarrillos electrónicos a menudo contienen plástico y se tiran miles cada día. 
  • Productos químicos en los líquidos: pueden ser dañinos si se liberan al medio ambiente en grandes cantidades o de manera incontrolada.

Para reducir el impacto ambiental de los cigarrillos electrónicos, es importante seguir prácticas de gestión de desechos responsables, como reciclar las baterías de manera adecuada y desechar los productos electrónicos en centros de reciclaje designados. Especialmente los vapers desechables, que son muy contaminantes, pero interesan a la industria porque son más baratos y, por tanto, accesibles a los menores.

La industria del vapeo y los usuarios pueden buscar formas de reducir su huella ambiental, como optar por productos recargables en lugar de desechables y evitar el desperdicio innecesario de cartuchos y componentes.

El vapeo no se considera un tratamiento efectivo para dejar de fumar, y su uso como herramienta de cesación del tabaco no está respaldado por la mayoría de los expertos en salud y organizaciones médicas.

A pesar de que algunas personas fumadoras pueden usar cigarrillos electrónicos como una forma de intentar dejar de fumar, existen varias razones por las cuales el vapeo no se considera una estrategia adecuada:

  • Falta de evidencia sólida: aunque se ha sugerido que los cigarrillos electrónicos son menos dañinos que el tabaco tradicional, todavía no hay suficiente evidencia sólida para respaldar su seguridad a largo plazo ni su eficacia como herramienta para dejar de fumar.
  • Adicción: la mayoría de los vapers contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva. Los productos con nicotina de venta en farmacias utilizados para dejar de fumar son productos sanitarios y con todas las garantías, se utilizan durante un tiempo limitado y en todo momento está garantizada su seguridad, además de haber demostrado durante décadas su eficacia, duplicando las posibilidades de éxito en los intentos de abandono. Los líquidos de vapeo no están sometidos a estos controles sanitarios y no se puede afirmar con toda seguridad que todos los líquidos son seguros ni que sirvan para dejar de fumar. Ninguna marca de cigarrillo electrónico ha solicitado formalmente ser considerada un tratamiento para dejar de fumar.
  • Consumo dual: es muy frecuente que las personas que intentan dejar de fumar utilizando el vapeo deriven en un consumo dual, alternando cigarrillos y vaper.
  • Riesgos para la salud: el uso de vapers no está exento de riesgo, no es seguro.


En lugar de recurrir al vapeo, quien desee dejar de fumar debe considerar estrategias basadas en la evidencia, respaldadas por profesionales de la salud. Estas pueden incluir terapias de reemplazo de nicotina, medicamentos prescritos por un profesional sanitario, asesoramiento y apoyo individualizado.

Si desea dejar de fumar, acérquese a su centro de salud o su farmacia y solicite apoyo.

El cerebro sigue desarrollándose durante la adolescencia y hasta los primeros años de la adultez. Durante este período es especialmente vulnerable a los efectos del consumo de cualquier sustancia, entre ellos, al de la nicotina.
La nicotina puede afectar al cerebro en desarrollo de varias maneras:
  • Adicción: se desarrolla rápidamente. El cerebro adolescente es particularmente susceptible a desarrollar una dependencia duradera. Esto puede llevar a un consumo continuo de nicotina a lo largo de la vida. 
  • Impacto en las funciones cognitivas: el vapeo con nicotina se ha asociado con déficits en funciones cognitivas como la atención, la memoria y el aprendizaje. Estos efectos pueden interferir con el rendimiento escolar y el desarrollo intelectual.
  • Cambios en la estructura cerebral: se ha observado que la exposición a la nicotina durante la adolescencia puede alterar la estructura del cerebro y afectar áreas relacionadas con la toma de decisiones, el autocontrol y la regulación emocional.
  • Aumenta el riesgo de desarrollar adicción a otras sustancias: la asociación más clara y directa es con el consumo de tabaco. Quienes vapean, tienen más posibilidades de fumar en un año que quienes no lo hacen.

Debido a estos riesgos, es fundamental que los adolescentes eviten el uso de cigarrillos electrónicos con nicotina.

Los líquidos sin nicotina, vendidos en muchos casos como inocuos y recomendables, tampoco están exentos de riesgos, en muchos casos tienen pequeñas cantidades de nicotina que no aparecen señalizadas en el envase y en caso de no tenerla, refuerzan la conducta de inhalar, además de introducir en los pulmones sustancias tóxicas.

Perjuicios para la salud del usuario:
  • Riesgo de adicción: los líquidos a menudo contienen nicotina, que es altamente adictiva. Aunque se vapeen líquidos sin nicotina, se aprende una conducta relacionada con fumar, lo que sirve de puerta de entrada al consumo de tabaco. 
  • Efectos respiratorios: el vapeo está con problemas respiratorios, como tos, dificultad para respirar y sibilancias, similares a aquellos asociados al humo de tabaco. Se han reportado numerosos casos de enfermedad pulmonar grave (EVALI).
  • Riesgo cardiovascular: se han observado efectos negativos en la salud cardiovascular relacionados con el vapeo, aunque en menor medida que con el tabaco tradicional. Sin embargo, el riesgo aún existe, especialmente en personas con problemas cardíacos preexistentes.
  • Intoxicaciones y accidentes: se han descrito numerosas intoxicaciones, envenenamientos y lesiones por explosiones accidentales.
Perjuicios para la salud de quienes están cerca:
  • Exposición al aerosol: debido a las sustancias que se liberan, existe riesgo de carcinogénesis en las personas que lo respiran. Además, este también contiene compuestos volátiles y metales que dañan el tejido pulmonar, estando relacionados con un mayor riesgo de bronquitis y dificultad para respirar. 
  • Exposición a nicotina: la nicotina, presente en el aerosol de los cigarrillos electrónicos, puede tener efectos negativos, especialmente en la infancia y en mujeres embarazadas.
  • Incentivo al inicio del consumo de tabaco: vapear, especialmente entre los jóvenes, puede normalizar el acto de inhalar sustancias, además de suponer un contacto con la nicotina. Diversos estudios han mostrado que quienes vapean tienen más posibilidades de fumar en el futuro.
  • Interferencia con las actividades de control del tabaquismo: vapear interfiere con las actividades para desnormalizar el consumo de tabaco, esencial para que los niños y niñas de hoy no empiecen a fumar; además, en muchos casos estos dispositivos se utilizan en lugares en los que está prohibido fumar, lo que ocasiona confusión y conflictos innecesarios.

En resumen, aunque el vapeo se considera menos dañino que fumar tabaco tradicional, no es inofensivo y puede tener consecuencias negativas para la salud de los usuarios y quienes les rodean. Para aquellos que no son fumadores, la mejor manera de proteger su salud es evitar el vapeo y la exposición al humo o aerosol de cigarrillos electrónicos. Para quienes desean dejar de vapear, buscar apoyo profesional y recursos de cesación del tabaco es una opción recomendada.

 

La proporción de adolescentes y personas adultas jóvenes que han probado o utilizan los cigarrillos electrónicos es alarmante y va en aumento. Aunque comparativamente la proporción de adolescentes no fumadores que utilizan estos productos sea menor que entre fumadores, los datos son preocupantes e indican el rápido desarrollo de un nuevo mercado para el uso y dependencia de la nicotina con consecuencias impredecibles.

  

ALGUNOS DATOS DE INTERÉS

En los últimos años, todas las encuestas realizadas en España sobre consumo de cigarrillos electrónicos, muestran un ascenso importante, fundamentalmente en población escolar.

Al analizar lo que está sucediendo con el consumo en menores, según la última encuesta ESTUDES 2021, en Cantabria:

  • Han consumido cigarrillos electrónicos el 37,8% de los estudiantes entre 14 y 18 años; desde el 2014, casi se ha triplicado el consumo.

  • El 60% de los consumidores utilizan cartuchos sin nicotina y un 40% los utilizan con nicotina. La preferencia por los cartuchos con nicotina va escalando a medida que aumenta la edad.

  • Quien ha vapeado alguna vez manifiesta una percepción de riesgo más baja en el consumo de tabaco y cannabis, en comparación a aquellos que nunca han utilizado cigarrillos electrónicos.

  • Dentro del grupo de quienes fuman tabaco (independientemente del tramo temporal), aproximadamente el 40% ha usado cigarrillos electrónicos con nicotina.

  • Se observa que entre los estudiantes que no son fumadores de tabaco, hay una mayor prevalencia de consumo del cigarrillo electrónico sin nicotina.

Según la encuesta EDADES 2022, en Cantabria un 8,6% de la población de 15 a 64 años declara haber utilizado cigarrillos electrónicos. A pesar de no ser una cifra importante, se observa un aumento del consumo en todas las franjas de edad, respecto a años anteriores.

  

 

Documentos para descargar

Folleto informativo

 

Carteles de la campaña

 

 

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